Para una correcta climatización integral y sustentable de hospitales debemos prestar especial atención a las exigencias fisiológicas e higiénicas de los mismos, es decir, debemos tener claro cómo tiene que ser el ambiente dentro de los hospitales en general, y en concreto en las diferentes salas que encontramos dentro de estos edificios.
Para ello, nos basamos en dos normativas, estas son la UNE 100713, reconocida por RITE, y la UNE 171340, las cuales se complementan entre sí y determinan cuáles son las condiciones internas que debe tener cada una de las salas de un hospital (Temperatura ambiente, humedad relativa y sentido de flujos de aire).
En primer lugar, debemos tener en cuenta la diversidad de salas y espacios que hay en los hospitales en cuanto a sus necesidades y exigencias ambientales. Por ello, la UNE 100713 hace una clasificación en dos tipos, en función de cómo de exigente es ese local ante la climatización.
UNE 100713
-Clase de local I: con exigencias muy elevadas
-Clase de local II: con exigencias habituales
Pero ¿Qué implica que un local sea de clase I o clase II? En primer lugar, nos determina qué tipo de filtración debe tener. La clase 1 al tener unos niveles de exigencia mucho más elevados tiene tres niveles de filtración, mientras que en la clase 2 tendremos dos niveles de filtración.
Nivel de filtración | Clase de filtro | Norma |
---|---|---|
1º | F 5 | UNE-EN 779 |
2º | F 9 | UNE-EN 779 |
3º | H 13 | UNE-EN 1822-1 |
Además la clase de local también implica el lugar donde se tienen que colocar los filtros:
– 1º Nivel: se coloca siempre en la toma de aire exterior o en la entrada de aire de la central de tratamiento de aire, ya que hace una limpia de lo que pueda venir del exterior.
– 2º Nivel: al comienzo del conducto de impulsión.
– 3º Nivel: lo más cerca posible de la sala o local para que el aire entre perfectamente puro al interior.
Otro aspecto a tener en cuenta al existir una clasificación de locales o espacios, es la circulación de aire entre ellos. Este es uno de los problemas básicos que tienen los hospitales; ya que aires contaminados de algunas salas o zonas pueden pasar a otras donde no deben estar y que pueden producir contaminaciones cruzadas de infecciones por ejemplo.
Partiendo de esta idea y de la clasificación expuesta con anterioridad, debemos tener claro que la circulación de aire entre locales es admisible únicamente cuando se realiza desde locales con exigencias más elevadas; es decir, el aire de los locales de clase I, al tener requisitos más elevados, puede pasar a locales de clase II; pero no a la inversa.
Por otro lado, cuando hablamos de climatización óptima de recintos hospitalarios tenemos que hablar de ambientes controlados o salas de ambientes controlados. Estas salas son más complejas, las cuales requieren que se defina el nivel de riesgo asociado a ellas para determinar sus especificaciones técnicas.
La normativa UNE 171.340 hace una división de 5 niveles de riesgo donde el 1 tiene exigencias mas bajas y el 5 muy altas.
Validación y cualificación de salas de ambiente controlado en hospitales | |
---|---|
Riesgo 1 | Ligero |
Riesgo 2 | Moderado |
Riesgo 3 | Medio |
Riesgo 4 | Alto |
Riesgo 5 | Muy alto |
Por ejemplo, un pasillo de infecciosos tiene un nivel 1 de riesgo, mientras que, dentro de un mismo sector, como un quirófano, podemos encontrar mas de un nivel de riesgo; el quirófano en si es nivel 4, mientras que en la mesa de operaciones (área protegida) encontramos un nivel 5 de riesgo.
Una vez definido el nivel de riesgo asociado a una sala concreta, entre las especificaciones técnicas por defecto debemos mencionar las renovaciones completas de aire. Dependiendo del riesgo, la sala tendrá más o menos renovaciones de aire.
Otra de las especificaciones técnicas que recoge la UNE 171.340 sería la clasificación de las salas. Nos encontramos con salas ISO 5, ISO 6, ISO 7, la ISO 8 o la ISO 9. Además, también tiene en cuenta si la instalación está en funcionamiento o en reposo. También se ha de tener en cuenta si la sala debe estar con sobrepresión o depresión en función de si está o no en funcionamiento.
Y por supuesto, otra de la especificación que dependen del nivel de riesgo, sería como de limpio debe estar el ambiente de la sala. Por ejemplo, en los tres niveles más altos de riesgo, si estamos en reposo podemos tener algunos aerobios mesófilos, pero en cuanto a mohos y levaduras determina ausencia de estos.
Por otro lado, es importante hablar también de presiones, negativas y positivas. Las salas de presión negativa normalmente son salas de infecciosos o contagiosos; lo que hace que el aire que hay dentro no deba salir al exterior de la sala. Siempre que tengamos algo que queramos confinar, deberemos tener presiones negativas. Para ello debemos climatizar inyectando la tasa de aire nuevo necesaria y tener siempre una depresión en una sala anexa, un baño por ejemplo, para hacer que el aire fluya de una zona sucia a otra aun más sucia. Es necesario prever esclusas de aire enclavadas entre locales, las cuales son una primera barrera, para evitar ensuciar ambientes limpios.
En cuanto a salas donde encontramos personas inmunodeprimidas por ejemplo, requieren presiones positivas, ya que se intenta que nada sucio o infectado entre en la sala y afecte al enfermo. Para ello hay que inyectar el aire más puro posible que venga de la manejadora.
Otra de las zonas más complejas dentro de los hospitales son los laboratorios, ya que en ellos se trabaja con compuestos complejos y diferentes como formaldehídos o formol entre otros; por lo que se ha de tener un control de la ventilación y extracción. Normalmente, los laboratorios deben estar sobrepresionados y las extracciones se encuentran cerca de la puerta
Hemos hecho una mención a la existencia de formaldehídos dentro de los laboratorios, ya que antes del 2018 era considerado como sustancia probablemente cancerígena, pero a partir de ese año pasó a incluirse dentro de las sustancia cancerígenas para los humanos. Esto provoca que con la nueva normativa haya que incluir sensores de formaldehído en los laboratorios para tener control de este compuesto.
Al hablar de hospitales, es esencial mencionar la sala que requiere más control, que son los quirófanos. En primer lugar, debemos tener en cuenta dentro de estos hay dos tipos A y B, con niveles de riesgo que oscilan entre 3 y 5. El tipo A sería un quirófano donde se realiza un trasplante, mientras que en el tipo B se realiza una intervención menos compleja como la extracción del apéndice.
Además, como hemos mencionado antes, dentro del propio quirófano puede haber diferentes niveles de riesgo: un nivel 5 en la camilla o zona protegida y nivel 4 en la periferia.
Existen test como el Segregation Test o el Recovery Test que se utilizan para validar y comprobar que la zona protegida tiene las condiciones ambientales óptimas y una correcta ventilación del espacio. Para ello es esencial la presencia de una manejadora que nos asegure las exigencias higiénicas y fisiológicas que se necesitan.
Para finalizar cabe mencionar las nuevas tendencias en ventilación y compuestos volátiles en España siguiendo el marco europeo, que están recogidas en la normativa UNE EN 16798, que ya no habla solamente de sitios complicados dentro de un hospital, sino que habla de un hospital en general y de la ventilación que vamos a usar a partir de ahora en cualquier tipo de edificio. Puedes profundizar más sobre estas nuevas tendencias en nuestro articulo:
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