La calidad del aire en entornos industriales es una cuestión de vital importancia tanto para la salud de los trabajadores como para la eficiencia de los procesos productivos. Aunque la regulación de la ventilación en ambientes industriales parece escasa en un primer análisis, en realidad existe un amplio marco normativo que, aunque disperso, proporciona las directrices necesarias para garantizar un aire limpio y seguro.
Uno de los primeros puntos que se deben aclarar es que los ambientes industriales no se rigen por el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que se aplica a entornos comerciales, residenciales y de oficinas. En un mismo recinto industrial pueden coexistir espacios con diferentes normativas: las zonas productivas se regulan bajo normativas de prevención de riesgos laborales (PRL), mientras que oficinas y comedores sí deben cumplir con el RITE.
Para comprender esta diferenciación, basta con remitirse al documento de preguntas y respuestas del RITE de 2010, donde se establece que la calefacción en oficinas dentro de industrias debe cumplir con el reglamento, pero las naves industriales quedan fuera de su ámbito.
El Real Decreto 486/1997 estableció criterios generales sobre condiciones ambientales en el trabajo, pero con especificaciones mínimas. La temperatura de confort se fijó entre 17 y 27 °C para trabajos sedentarios y entre 14 y 25 °C para trabajos ligeros, con una humedad relativa del 30 al 70%. Además, se recomendó una ventilación de 30 m³/h por persona en ambientes no calurosos y 50 m³/h en otros casos.
A pesar de estas especificaciones, la regulación deja mucho en manos del empresario, lo que conlleva riesgos. Si no existe una obligación clara, muchas industrias optan por no implementar mejoras en ventilación. Sin embargo, la reciente compilación de normativa de prevención de riesgos laborales publicada en enero de 2024 subraya la necesidad de evaluaciones de riesgo detalladas.
El empresario debe identificar los agentes químicos presentes en el ambiente de trabajo y evaluar los riesgos para la salud de los trabajadores. La regulación también establece la obligatoriedad de medir las concentraciones de contaminantes en la zona de respiración del trabajador y compararlas con los valores límite ambientales definidos.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) proporciona herramientas valiosas a través de sus Notas Técnicas de Prevención (NTP), que ofrecen metodologías para diseñar sistemas de ventilación eficaces y realizar evaluaciones adecuadas de la calidad del aire.
Cada año se publican los valores límite de exposición para agentes químicos en España, que sirven como referencia para garantizar ambientes laborales seguros. Un ejemplo común es el formaldehído, una sustancia utilizada en la fabricación de tableros de partículas y barnices, que está clasificada como cancerígena. La presencia de este y otros compuestos tóxicos en el aire obliga a adoptar estrategias de ventilación adecuadas para minimizar la exposición.
A pesar de la información disponible y de la existencia de límites claros para contaminantes, la aplicación de sistemas de ventilación eficaces en la industria sigue siendo un reto. La clave está en fomentar una cultura de prevención que priorice la salud de los trabajadores, adoptando medidas preventivas incluso antes de que las regulaciones lo exijan formalmente.
La próxima revisión del RITE con la norma EN 16798 promete cambios significativos en la consideración de la ventilación. Es imperativo que las industrias anticipen estas modificaciones y adopten soluciones técnicas que permitan un entorno laboral seguro y eficiente.
El compromiso con la calidad del aire no solo cumple con la normativa, sino que mejora la productividad y el bienestar de los trabajadores, garantizando un futuro industrial más saludable y sostenible.
Más artículos
¿Estás buscando soluciones HVAC+R (a medida)?
No dudes en ponerse en contacto con nosotros.
MÁS SOBRE KEYTER