La luz Ultravioleta C (UV-C) se ha identificado como una de las barreas más importantes para evitar contagios aéreos de SARS-CoV-2. Su acción germicida se ha demostrado eficaz, tanto en superficies como en aire, al deteriorar el ARN del virus e impedir su replicación dentro de nuestras células.
El sector de la depuración de agua ya hacía tiempo que trabaja con este tipo de dispositivos con resultados muy satisfactorios y contrastados. El listado de patógenos que podemos desactivar con UV-C es amplio, enfermedades comunes como la gripe podrían paliarse, su estudio ha sido largamente realizado y documentado. Solo hay que determinar la dosis que debemos hacer incidir en el patógeno diana y diseñar un sistema eficiente para desactivarlo.